Entrevista a la cantautora colombiana Marta Gómez por Tania a. ramos gonzález
“Los ritmos se me van apareciendo como amores. Me enamoro de algún ritmo sin darme cuenta y necesito escribir una canción con él". Marta Gómez
Entrevista
La cantautora colombiana Marta Gómez nació en 1978 en Girardot y pasó su infancia en Cali, donde descubrió muy temprano su amor por la música y conoció a sus primeros grandes maestros, esos seductores de la sensibilidad y la razón. Posteriormente, en Bogotá, formó la banda Eiti-Leda y al finalizar su bachiller, ganó una beca para estudiar en Berklee College of Music en Boston, de donde se graduó con honores. Hoy, goza de una trayectoria discográfica de más de 20 años con cientos de canciones, incontables colaboraciones y varias nominaciones y premios internacionales significativos; como, por ejemplo, el Grammy Latino, en el 2014 por el “Mejor disco infantil del año" titulado “Coloreando”, o el premio a la mejor composición inspirada en un texto latinoamericano (“Paula” de Isabel Allende), otorgado por el SIBL Project de Estados Unidos, por su canción Paula ausente.
Desde que escuché a Marta Gómez, me conmovió. Por un lado, reverberan en ella la fuerza y el sentimiento de cantantes como Mercedes Sosa, Teresita Fernández, Violeta Parra, María Elena Walsh, Teresa Parodi y Liuba María Hevia, entre otras; y por otro, es única. Su sensibilidad, ternura, humanismo, lirismo y la belleza inalterable de su voz atraparon mi corazón soñador y melancólico. Su música pareciera llevarnos de la mano y acunar nuestro oído, retomando el sonido de otras vidas que en un ciclo infinito regresan al presente para abrazarnos el alma. Sus composiciones, sus letras y su prístina y dulce voz portan los viejos saberes en su aliento de cantora.
Para mí, es una inmensa alegría saberla viva y saber que existe su música. Es una compositora que invita al diálogo y a la emoción, que saca a pasear a nuestro niño interior, que lucha por la justicia y la paz de los pueblos y que le da voz al corazón de la mujer latinoamericana. Es la prolongación de los ritmos y las querencias de nuestra América, y también la continuidad de la esperanza en el espacio musical popular y folclórico. Agradezco tanto que, a pesar de sus múltiples compromisos, me concediera esta entrevista y respondiera sin reparo todas mis preguntas. ¡Esta es Marta Gómez!, voz sublime que lleva en sus alas de sol también sus raíces. Comparto con ustedes, apreciables lectores, esta hermosa entrevista.
En varias charlas y entrevistas ha dicho que canta desde que estaba en la cuna. No hay duda de que es su vocación y de que en su garganta anida uno de sus poderes más preciados. Después de veinte años de carrera musical y éxitos, ¿qué significa la música en su vida? y ¿qué ritmos y armonías persigue Marta Gómez en su música?
Marta Gómez: Los ritmos se me van apareciendo como amores. Me enamoro de algún ritmo sin darme cuenta y necesito escribir una canción con él. Así que eso es de manera aleatoria. No los busco ni los persigo. Ellos llegan a mis orejas, pero eso sí, escucho mucha música. Todos los días intento descubrir algún artista nuevo y claro, con cada artista llegan nuevos ritmos. La música es el aire que respiro. Parece cursi y exagerado, pero es así. No puedo imaginarme un solo día de mi vida sin que esté al menos pensando en una canción. Si no estoy componiendo o cantando, entonces al menos estoy pensando en alguna melodía. La música es mi manera de sacar todo lo que siento. La rabia. El dolor. La alegría. La esperanza. La tristeza. No encuentro otra manera de expresarme mejor.
¿Quiénes marcan su geografía musical y por qué? Es decir, ¿quiénes son los antecesores o grandes maestros que sedujeron su sensibilidad y amor por el arte?
Tengo muchos. En un comienzo la música infantil que escuchaba de manos de mi maestra Flora Rengifo. Ella nos enseñó las canciones de María Elena Walsh, de Enrique y Ana, cri-cri , Gustavo Adolfo Rengifo. Más adelante grupos como Mocedades, Presuntos Implicados y Mecano. Luego llegó la nueva canción: Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Violeta Parra, Inti Illimani, Víctor Jara. Más tarde, llegó Argentina y aquello fue una explosión: Charly García, Fito Paez, Spinetta… y sigo siendo influenciada por los artistas que descubro ahora, Georgina Hassan, Mariana Baraj, Nano Stern, Javier Ruibal… la lista es interminable.
Tengo conocimiento de que estudió en Berklee. Según su experiencia, ¿cuánta importancia le da a los estudios formativos de un músico o artista? y ¿de qué manera los estudios le han ayudado a componer música popular?
Yo soy amante de la academia. Supongo que en la calle y en los pueblos se aprende muchísimo, pero mi experiencia ha sido en las aulas. Estudio desde los cuatro años: apreciación musical, técnica vocal, piano y guitarra. Luego, a los 15, entré en la universidad javeriana de Bogotá a formarme en música clásica; y a los 18, a Berklee. Es una maravilla. No hay nada comparado al ambiente universitario, a estar rodeada de gente soñadora que estudia horas y horas un instrumento, a veces, un solo pasaje hasta perfeccionarlo. ¡Es maravilloso!
Sus canciones también son poemas. ¿Cuáles han sido los escritores que han movido su alma? y ¿cuánto tiempo le dedica a la lectura?
¡Gracias por eso! Nunca me he considerado poeta. Cuando hice la maestría en creación literaria en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, me di cuenta, más que nunca, de que estoy lejos de considerarme escritora o poeta. Yo escribo canciones. Canciones que sin la música no son gran cosa, y melodías que sin la letra tampoco lo son. Pero juntas son algo bonito. Me inspiran muchos poetas. Me inspiran hacedores de canciones como Alejo García, Pala, Javier Ruibal, Jorge Drexler, pero también poetas como Wilsawa Symborska, Neruda, Benedetti, Cortázar. Y los de la vieja guardia como Rafael Escalona, Jorge Velosa, Petrona Martínez, Simón Díaz. Amo la manera que tienen de expresarse desde lo simple, desde lo cotidiano, sin rodeos, sin palabras complejas y quebrarlo a uno por dentro.
¿De dónde surgen sus canciones, de qué se alimentan, con qué se tejen?
Una canción nace de casi cualquier cosa. A veces de una sola palabra como es el caso de “Almita Mía” que nació de la palabra “mañita”, o canciones que nacen de películas como “Mar adentro” o “Basilio”. Otras que nacen para alguien como “Paula ausente” o “Natalia y Camila”. De todo nace una canción. Solo hay que estar con el alma dispuesta.
¿Qué importancia ha tenido la familia en su formación como artista?
Mi familia es la responsable de que yo esté donde esté. Es decir, de que pueda darme el lujo de vivir de hacer canciones. Mis padres me apoyaron siempre; desde los 4 años. Fue mi madre quien me metió al colegio musical porque veía mi amor hacia la música. Era ella la que me llevaba a cada ensayo, a cada concierto, a cada propaganda que se grababa, a cada concurso. Nunca me insinuaron que estudiara otra cosa. Me compraron cada instrumento que pedí, cada disco que pedí. Sin ellos no podría ser músico. Mis tías, mis abuelos, mis hermanos son quienes más compran mis discos, quienes venden los discos en los conciertos, quienes viajan cuando hay una premiación. Mi familia es mi sustento principal. Y mi familia nueva, es decir, mi compañero y mi hijo son iguales. Me apoyan en todo.
¿Qué relación tiene con su país en este momento? ¿Qué significa la patria y qué extraña de su terruño?
Tengo con Colombia una relación de amor y odio. Por momentos la adoro, por momentos quisiera ahorcar a sus mal-gobernantes. Pero en general la amo. Amo recorrerla, amo su capacidad de resiliencia pese a tanto dolor, pese a tantos golpes. Y odio a quienes se aprovechan de ella, a quienes hacen leyes para venderla, para seguir desangrándola.
Mi país es una fuente inagotable de inspiración para mi trabajo.
Como cantautora conocida internacionalmente, ¿qué representa para usted vivir en Barcelona?
Adoro esta ciudad. Adoro vivir aquí rodeada de mar y de montañas. Me gusta vivir en otra lengua con luchas distintas a la mía, me gusta la tranquilidad que se respira aquí. Caminar por sus calles a cualquier hora sin miedo, es algo que no tiene precio y que no conseguí estando en Colombia. Me inspira también tanta belleza. Tanto arte, tantos artistas que la habitan.
Además del amor, la nostalgia es uno de los sentimientos que predomina en sus canciones. ¿Qué la ha influenciado para escribir sobre estos temas?
Vivir lejos, que no es fácil. Ver crecer a mis sobrinas a la distancia, intentar recuperar el tiempo cuando viajo a verlas, ver envejecer a mis padres desde lejos. Es muy duro vivir fuera y uno vive siempre con nostalgia. En mi caso, esa nostalgia se transforma en canciones.
La canción “Todas las palabras” estuvo durante 18 semanas en primer lugar en las emisoras de Israel. ¿Qué ha significado ese éxito en su vida? y ¿cómo explica la conexión de una población de casi siete millones de habitantes que hablan hebreo y árabe con su canción escrita en español?
Es una de las cosas más bellas de la música y de esos misterios que es mejor no intentar entender. Es hermoso saber que no entienden la canción y aun así la cantan, la sienten. La música es un lenguaje para el alma. No puede explicarse con palabras.
Supongo que son incontables las anécdotas que ha vivido. ¿Cuáles tres canciones ha compuesto motivada por alguna de ellas?
“De amarillo se viste la tarde” fue compuesta para la ciudad donde crecí, Cali, y específicamente para dos artistas caleños que marcaron mi infancia: Hernando y Lucy Tejada.
“Una razón” fue una canción que compuse luego de visitar Guatemala y conocer un grupo hermoso de mujeres que siempre hablaban de sus hijos con orgullo, pero nunca de ellas, siendo unas guerreras luchadoras maravillosas. A ellas les compuse la canción.
“Cuando todo pase” surgió en la pandemia por cómo me sentía estando encerrada, viviendo esto. Las personas la fueron acogiendo y sumando versos y estrofas y así nació y fue creciendo.
Su propuesta como cantautora y artista es radicalmente diferente a la de otros artistas de la música popular. ¿De qué manera cree que el arte puede crear espacios para la reflexión, la solidaridad y el cambio social?
El arte es fundamental para la existencia en todas sus manifestaciones. Por un lado, entretiene, nos hace bailar, movernos, tocarnos, sonreír, eso es fundamental. Por otro lado, nos hace soñar, conocer lugares que no conocemos, sonidos nuevos, culturas nuevas; pero por otro, que es el que a mí más me conmueve e interesa, nos hace pensar y sentir. De hecho, nos puede llegar a cambiar la vida. Una película, una canción, nos puede hacer cambiar la vida. Nos cura el alma.
¿Cómo el contacto de los estudiantes con las artes, en general, puede crear mejores ciudadanos?
El arte nos hace mejores seres humanos porque nos conecta con las emociones de otros; pero especialmente con las nuestras. Hay personas que solo han llorado con una canción o con una película o con un libro. Eso es impresionante. Que el arte logre marcarnos de esa manera así o que nos haga mejores personas. Hay un experimento que dice que si exponemos a personas a 24 horas de arte, de cine y de música son menos violentas. Es decir, esto no es solo poético. ¡Es real!
Si pudiera resolver un problema social, ¿cuál sería y cómo lo haría?
Los problemas sociales son muy sencillos de resolver lo que pasa es que no están en los intereses de ningún gobierno. Con el dinero que se paga en las ciudades y países, alcanza y sobra para cubrir las necesidades básicas de toda la gente. Vivienda, salud, educación y comida. Eso está cubierto. Es posible. Pero si se habla de eso, habría que hablar de socialismo y parece que fuera una mala palabra hoy en día. Así que, resolvería eso. Que todas las personas tengan lo básico cubierto. De ahí en adelante hay trabajo, hay ganas de hacer cosas. Nadie quiere ni elige vivir en la miseria. El sistema está diseñado para que sea así. Y todo parecería ser un plan macabro para perpetuar esa pobreza, pero no tiene que ser así. Hay los recursos para eso. Falta el interés político que, además sería estratégico, hace crecer los países, pero de manera colectiva. Y lo colectivo nunca es prioridad para los que están en el poder, por desgracia.
¿Cómo ha lidiado con los estereotipos y el discrimen en su carrera como cantautora independiente?
Ser mujer nunca es fácil y creo que se requiere de una fuerza adicional el ser capaz de crear tu arte, de creer en tu trabajo sin dejarte tumbar por los comentarios machistas. En mi caso, no sé si he vivido el machismo de frente por el hecho de ser cantautora, pero he tenido muy claro, desde que era niña, que no me interesa caer en los estereotipos de la belleza occidental que se nos plantea y casi se nos mete a la fuerza por los medios de comunicación. Nunca me he identificado con ese tipo de belleza ni he hecho nada para alcanzarlo. Me gusta comer sano, hacer ejercicio, meditar, pero es por mi salud mental. Nunca persiguiendo un cuerpo de revista. Un hecho que me marcó desde chiquita es que tengo las cejas muy gruesas. Y yo veía que todas las mujeres se depilaban las cejas hasta tener un hilito muy fino. Y me aterrorizaba, entonces nunca me las depilé, y a veces me comentaban que qué fea me veía como Frida Kahlo. Y entre más me criticaban a mí, ¡más me gustaban! ¡Siempre he tenido esa rebeldía con mi apariencia!! Nunca he seguido modas ni estándares y siempre lucho por la comodidad en mí de ser mujer.
Como cantautora, en un principio sentía un poco de recelo de parte de mis colegas hombres, como que no entendían que una mujer joven pudiera escribir canciones; pero también fui siempre muy firme en que yo iba a cantar lo mío, así que no tuvieron más remedio que guardarse sus opiniones. Y ahora que ya soy mayor y tengo tantas canciones, no pueden hablar más. Creo que el trabajo de ser mujer es ignorar esos comentarios y creer profundamente en lo que haces porque ¡sí que es un trabajo extra el ser mujer, ser cantautora y encima tener que demostrarlo!
Supongo que si fuera más bonita o si hubiera cedido más a patrones y estereotipos, estaría en otro lugar de mi carrera, pero no me interesa saberlo, no estuve dispuesta a pagar ese precio ni por toda la fama ni fortuna del mundo.
¿Qué le mueve a darle voz a la historia de tantas mujeres trabajadoras e indígenas? y ¿qué importancia le da a la lucha de los derechos de las mujeres y la violencia de género en sus composiciones?
Es fundamental que las mujeres escribamos nuestras historias. Durante siglos se han oído solo las voces y las historias desde la mirada masculina. Es nuestro turno. Tenemos la obligación de ser la voz de quienes no pueden hablar.
Admiro todo su trabajo artístico y en especial las canciones infantiles que ha compuesto. ¿Cuán complicado es componer para ese público?, ¿qué le ha inspirado a escribirle a esa audiencia tan importante y desde cuándo?
Desde siempre quise escribir para la infancia porque adoro a los niños. Fui niñera y profe de niños desde los 18 años, así que me inspiro y aprendo de los chiquitos todo el tiempo. Pero nunca lo hice de manera profesional. Es decir, componía y grababa para mis sobrinas o los hijos de mis amigas, pero nunca lo publiqué hasta que quedé embarazada. Aproveché para grabar lo que en principio iba a ser un solo disco de canciones infantiles, pero terminaron siendo tres.
A lo largo de su trayectoria, ha ganado innumerables premios. ¿Cómo describe su éxito?
El éxito no son los premios que uno gana ni los discos que vende. El éxito para mí son dos cosas. La primera es poder vivir de lo que amo hacer. Eso es un lujo que casi nadie tiene. Y soy consciente de ese privilegio y lo agradezco profundamente. La segunda es poder tocar corazones de personas que ni siquiera conozco. Que alguien cante mis canciones, que alguien ponga mi música en su parto o en la cama de un hospital, o en un campamento de guerra, por ejemplo, eso es para mí el éxito más grande, el reconocimiento más grande. Ser parte de la banda sonora de tanta gente es un regalo invaluable para mí.
He apreciado en su canal de Youtube que ha comenzado a publicar las historias que se esconden detrás de cien de sus canciones. ¿Cuál es el objetivo principal de esta iniciativa?
Lo cuento siempre en los conciertos, pero me di cuenta de que no estaba plasmado en discos o videos, entonces decidimos hacer esta serie para quienes quieren saber más de donde nace cada canción. (Ver video “Una pena”: https://www.youtube.com/watch?v=mdNI8qz9TMs)
¿De qué manera las redes sociales han aportado a su vida artística? ¿Cuál de las redes es su favorita y por qué?
Yo adoro las redes sociales porque adoro comunicarme y soy muy parlanchina. Entonces adoro hacer en vivos, conversar con la gente que me sigue, dar conciertos gratuitos, compartir la intimidad de mi casa, de mi familia, cocinar, aprender, ¡me gusta mucho! Y últimamente, estoy fascinada con TikTok que es una red para gente más joven; pero que me divierte muchísimo. También ha servido para estar más activa componiendo e interactuar con otros músicos haciendo duetos. ¡¡Me encanta!!
Para despedirnos, me gustaría saber ¿qué recomendación le daría a quien tenga vocación por la composición y la música?
Muchas recomendaciones. Lo primero que estudie mucho. Si no puede en universidad o academia, que aproveche los medios digitales. Que ponga tutoriales en YouTube, en fin... estar en constante aprendizaje. Luego, que oiga mucha música de muchos géneros. No solamente a su artista favorito porque en el mejor de los casos sonará como él. Lo importante es encontrar un estilo, una voz propia, y eso se logra explorando. Y que se rodee de belleza. Que vaya a cuanta obra de teatro, película, exposición y concierto que pueda. Solo del arte puede nacer más arte.
Información de Marta Gómez:
Página web: https://martagomez.com/
Instagram: https://www.instagram.com/martagomezmusic/
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